
El peor enemigo de la crianza son las prisas. Siempre lo digo. Y en cuanto al control de esfínteres las prisas de los padres hacen mucho daño. El pañal no se quita, el pañal se deja. El niño debe ser el protagonista de este proceso. SU PROCESO. Es un proceso natural, que depende del estado madurativo del niño. Una madurez neurológica y afectiva.
Nuestra misión como padres es estar atentos a la señales del niño para facilitarle en lo posible el proceso una vez se haya iniciado. Es el niño el que debe ir dejando el pañal poco a poco, con nuestro aliento y acompañamiento, en un buen ambiente preparado que le haga sentir capaz, útil y seguro de sí mismo.
¿CÓMO ACOMPAÑAR AL NIÑO EN EL PROCESO DE DEJAR EL PAÑAL DESDE EL RESPETO?
- Empezar con los cambios de pañal en vertical a partir de que el niño camina. Te hablaré de los beneficios aquí.
- Establecer los cambios de pañal en el baño. Un lugar apropiado que le permite intimidad y que irá relacionando con el pipí y la caca.
- Esperar con paciencia a que el niño se suba y baje el pantalón. Facilitarle una toallita húmeda para que pueda empezar a limpiarse en la medida de sus posibilidades.
- Seguir esperando. Los cambios van a ser mucho más largos en tiempo. Puedes poner una pequeña banqueta en el baño que te permita esperar mientras estás a su altura.
- A los primeros signos de madurez del niño: Invitarle en los cambios de pañal a sentarse en el orinal para ver si sale pipí o caca.
- Establecer rutinas en casa. Cuando el niño comienza a hacer pipí o caca en alguna ocasión en el orinal podemos establecer una rutina diaria donde invitemos y recordemos al niño ir al baño en algunos momentos del día (si somos conscientes de los mejores momentos para él mejor que mejor).
- Preparar un ambiente tranquilo y adaptado a él en el baño que le permita hacer las cosas por sí mismo. Una cestita con sus pañales, orinal o wc adaptado, toallitas a su alcance, cuentos sobre control de esfínteres visibles, ropa de cambio, una banqueta para nosotros.
- La ropa deberá permitirle autonomía, él mismo debe poder quitársela o ponérsela. Lo mismo con el pañal: Si es tipo braguita mejor que mejor para que sea más sencillo.
¿Y NUESTRA ACTITUD?
«Nosotros no quitamos el pañal». Es el niño el que va a ir dejándolo poco a poco. Cada niño sigue un ritmo y el control de esfínteres no es indicativo del nivel de inteligencia del niño. Facilitaremos el proceso si lo tomamos como lo que es. Un proceso madurativo natural e individual de cada niño.
- No premiamos, no nos enfadamos.
- No obligamos a permanecer sentados en contra de su voluntad.
- No nos burlamos.
- No le llamamos cochino, marrano… (Ni en broma).
- No hablamos sobre otro niño para comparar.
- Alentamos enfocándonos en sus logros. Le recordamos sus progresos.
- Nos fijamos en lo conseguido, no en lo que está por conseguir.
NO vivas este proceso como una operación. Vívelo con cariño y alegría. Es un salto más en la evolución del niño, es un peldaño más en la conquista de su independencia. Muéstrale todo tu amor acompañándole en el camino y alentándole para recorrerlo